Un premio merecido y lleno de aventuras
Ayer miércoles 31 de mayo los alumnos participantes y ganadores del Desafío Robot en la modalidad de “Efecto Mariposa”, junto a algunas madres y padres, Miguel Ángel y yo mismo, disfrutamos de un maravilloso día en Port aventura.
El viaje empezó bien pronto, a las 7:00h de la mañana para poder llegar justo cuando abren las instalaciones.
Nada más entrar nos encontramos con el puerto de la “Mediterrània”,esta zona la dejamos para la tarde y seguimos por el “Far West” y nos mojamos en atracciones acuáticas como el Silver River Flume y locos trenes como la Estampida o el tren de la mina El Diablo con el que llegamos a “México”.
Entre serpientes y tazas mareantes llegamos a un imponente Huracán Condor de vértigo. Aprovechamos que en la gran Cantina teníamos espectáculo durante la comida para disfrutar de la Fiesta Mariachi donde nuestros alumnos fueron protagonistas bailando con los artistas.
Sin casi descanso, nos adentramos en “China” donde los más atrevidos subieron al Dragón Kahn y al Sambala mientras el resto se mojaba en la guerra de barcos de Angkor, al norte de China.
La tarde caía y juntos otra vez, llegamos a la “Polinesia” donde el Tutuki Splash acabó de mojarnos a todos, el espectáculo de Aloha Tahití nos permitió tomar un helado y descansar un poco.
Quedaban pocas horas y volvimos paseando hacia la zona del Mediterràneo pasando por “SesàmoAventura” y acabando las atracciones acuáticas en el Gran Canion rapids y las canoas.
Para finalizar, nos esperaba el Furius Baco y el gran PortAventura Parade.
A las 20:00h subíamos al autobús donde José Manuel, el conductor, nos trató genial nos esperó muy amablemente.
Sobre las 23:00h los alumnos se fueron con sus padres y pudimos descansar después de un día lleno de emociones y haber concluido sin incidencias un proyecto muy chulo y enriquecedor.
Personalmente, ha sido la primera vez que iba a Port aventura con alumnos y algunas de sus madres y padres, y he de decir que hemos estado muy a gusto y nos hemos sentido muy arropados, por eso, y en nombre de Miguel Ángel y mío, os damos las gracias de corazón.
Alfons Nàcher Martínez